A propósito de la sentencia del caso Iruña-Veleia. Mapi Alonso. Naiz
Si lo importante era descubrir la verdad, creame que lo lamento por usted, pero ni la autoría ni la existencia de una falsificación han quedado demostradas. Se lo comento por si no se ha leído la sentencia, ocupado como debe estar en la preparación de las próximas elecciones y coleando todavía el asunto De Miguel.
Ilustrisimo Señor Ramiro Gonzalez, Diputado General de la DFA
Muy señor mio: leo en “El Correo” del día 16 de junio, firmado por Ander Carazo, unas declaraciones suyas sobre la sentencia del caso Iruña-Veleia: «En este caso no era tanto buscar un castigo, sino descubrir la verdad para poder ponerlo en valor».
Si lo importante era descubrir la verdad, creame que lo lamento por usted, pero ni la autoría ni la existencia de una falsificación han quedado demostradas. Se lo comento por si no se ha leído la sentencia, ocupado como debe estar en la preparación de las próximas elecciones y coleando todavía el asunto De Miguel.
Después de leer la sentencia lo único que queda probado fehacientemente sobre la autoría es que Eliseo Gil era el director del yacimiento. El resto, como recoge la sentencia, son indicios : «que (aunque) no ha resultado probado suficientemente que el mismo hubiera realizado de propia mano los grafitos contemporáneos, sí existen indicios probatorio suficientes de que conocía, consentía y ha sido el autor mediato o inmediato de la comisión del delito y falta que nos ocupan» (pg. 67). (Jarraitzen du).